- El Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales nos muestra sus proyectos de investigación
- Este organismo tiene entre sus frentes conseguir una vacuna contra la leishmaniosis
- Dos misiones principales: atender a Canarias y ayudar en países de ámbito tropical en la lucha contra las enfermedades tropicales
Por William Rodríguez | San Cristóbal de La Laguna
La Universidad de La Laguna
cuenta con una amplia gama de institutos dedicados a la investigación
científica, técnica y artística. Entre ellos se encuentra el Instituto
Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias. Creado en
el año 2001, este centro tiene la relevante labor de ser la principal herramienta para
controlar e investigar las enfermedades provenientes de países del trópico que
inciden sobre el archipiélago.
Son muchos los proyectos que
están llevando a cabo en la institución, como la creación de vacunas que
combatan estas enfermedades. En el laboratorio de biología molecular, los
investigadores están trabajando en una vacuna contra la leishmaniosis, una enfermedad
parasitaria producida por la picadura de un mosquito infectado por el parásito del
género Leishmania. La investigación, tal y como apunta el Doctor Basilio Valladares, director
del Instituto, “está en proceso”. “No es fácil. Tenemos muy buenos trabajos,
muy buenas moléculas candidatas para eso (la vacuna), tenemos sistemas de
protección que ya están funcionando, pero no es fácil”, declara.
En el laboratorio de
medioambiente, los investigadores analizan los microorganismos
aerotransportados, es decir, aquellos que llegan por el aire, como los
gérmenes, y prestan especial atención a la influencia que ejercen los vientos
del Sahara sobre ellos. Para identificarlos, usan métodos de cultivo
tradicionales y técnicas de biología molecular. En estas mismas instalaciones también analizan la contaminación que pudiera haber en el agua, efectuando pruebas a las aguas de regadío, al agua de la red de abastecimiento, a la del
mar, entre otras. B. Valladares no tiene dudas sobre este tema: “El agua en Canarias es
muy buena, es de calidad.”
Instalaciones del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias. | Foto: William Rodríguez |
También existe otra sección en la
Institución que se dedica a los estudios de terapia y de amebas de vida libre, unos protozoos que pueden ser patógenos (causar daño o enfermedad
a un ser vivo) para el hombre, con la capacidad de producir queratitis y dejar ciega a una
persona, o incluso llegar al cerebro y matarla. “Algunas de estas amebas son
las que se están estudiando aquí”, señala el director. Otro de los laboratorios
es el de zoonosis, concepto que aglomera todas las enfermedades que transmiten
los animales a las personas. En él, se estudian los parásitos que han infectado
a una persona a través de aves, ratas o cualquier otro animal. Además, en los
laboratorios de genética se están llevando a cabo proyectos de caracterización
de variedades de vid, una investigación sobre miomas y otra para tratar la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Basilio Valladares, director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias. | Foto: William Rodríguez |
Las relaciones internacionales del Instituto
El Instituto Universitario de
Enfermedades Tropicales tiene proyectos con numerosos países de Latinoamérica y
África. “Tenemos proyectos con Cabo verde, con Senegal, con Mauritania, con Guinea-Bisáu…”, nos indica el el Dr. Valladares en cuanto
al continente africano. Estos planes son de diversa índole, como la
implementación de laboratorios o la formación de personas de estas regiones para
que sean capaces de diagnosticar enfermedades tropicales como la malaria o de
detectar agua contaminada.
Uno de los proyectos, realizado
en Guinea con la cooperación de una ONG, consistió en evitar que la gente se
contaminara de cólera en un lugar muy afectado por esta enfermedad cuando
sacaban agua de un pozo. Los habitantes locales llegaban a él con su cubo, e inevitablemente quedaban infectados al
entrar en contacto con el agua del pozo. Entonces, lo que el Instituto hizo
fue montar un motor a través de unos paneles solares y un cubo destinado solo a
sacar agua y que no entraba en contacto con los otros de la gente. Gracias a
este motor, el cubo salía por su propia cuenta y los habitantes no tenían que
meter las manos en este pozo con el riesgo inminente de contraer la enfermedad. También se les enseñó a
detectar cuándo está contaminada el agua. Gracias a estas medidas, el cólera
desapareció de una gran zona.
Para Basilio Valladares la
situación de África es realmente importante, y afirma que su desarrollo
repercute directamente en Canarias: “África es primordial para la universidad y
para el desarrollo de Canarias”. “África no es una amenaza, África es el
futuro”, concluye.