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Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, un referente internacional

jueves, 2 de junio de 2016

  • El Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales nos muestra sus proyectos de investigación
  • Este organismo tiene entre sus frentes conseguir una vacuna contra la leishmaniosis
  • Dos misiones principales: atender a Canarias y ayudar en países de ámbito tropical en la lucha contra las enfermedades tropicales


Por William Rodríguez | San Cristóbal de La Laguna


La Universidad de La Laguna cuenta con una amplia gama de institutos dedicados a la investigación científica, técnica y artística. Entre ellos se encuentra el Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias. Creado en el año 2001, este centro tiene la relevante labor de ser la principal herramienta para controlar e investigar las enfermedades provenientes de países del trópico que inciden sobre el archipiélago.

Son muchos los proyectos que están llevando a cabo en la institución, como la creación de vacunas que combatan estas enfermedades. En el laboratorio de biología molecular, los investigadores están trabajando en una vacuna contra la leishmaniosis, una enfermedad parasitaria producida por la picadura de un mosquito infectado por el parásito del género Leishmania. La investigación, tal y como apunta el Doctor Basilio Valladares, director del Instituto, “está en proceso”. “No es fácil. Tenemos muy buenos trabajos, muy buenas moléculas candidatas para eso (la vacuna), tenemos sistemas de protección que ya están funcionando, pero no es fácil”, declara.

En el laboratorio de medioambiente, los investigadores analizan los microorganismos aerotransportados, es decir, aquellos que llegan por el aire, como los gérmenes, y prestan especial atención a la influencia que ejercen los vientos del Sahara sobre ellos. Para identificarlos, usan métodos de cultivo tradicionales y técnicas de biología molecular. En estas mismas instalaciones también analizan la contaminación que pudiera haber en el agua, efectuando pruebas a las aguas de regadío, al agua de la red de abastecimiento, a la del mar, entre otras. B. Valladares no tiene dudas sobre este tema: “El agua en Canarias es muy buena, es de calidad.”

Instalaciones del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias. | Foto: William Rodríguez
Otro de los proyectos del Instituto es el que se realiza en el laboratorio de entomología, donde se lleva el control de puertos y aeropuertos para la entrada de vectores, que son los organismos vivos que pueden transmitir enfermedades infecciosas, como los mosquitos. La investigación consiste en la colocación de trampas para atrapar mosquitos y analizarlos. Estas trampas se deben reponer cada diez días: integrantes del laboratorio, cuando ha pasado el período de tiempo estipulado, recogen las trampas con los insectos que han caído y ponen otras nuevas, repitiendo el mismo proceso cuando vuelven a pasar diez días, y así de manera sucesiva. “Todos los estudios de mosquitos de Canarias se realizan en este laboratorio”, nos aclara el profesor Valladares. Al ser el único laboratorio de Las Islas que analiza a los mosquitos que pueden portar enfermedades, su trabajo se antoja fundamental.

También existe otra sección en la Institución que se dedica a los estudios de terapia y de amebas de vida libre, unos protozoos que pueden ser patógenos (causar daño o enfermedad a un ser vivo) para el hombre, con la capacidad de producir queratitis y dejar ciega a una persona, o incluso llegar al cerebro y matarla. “Algunas de estas amebas son las que se están estudiando aquí”, señala el director. Otro de los laboratorios es el de zoonosis, concepto que aglomera todas las enfermedades que transmiten los animales a las personas. En él, se estudian los parásitos que han infectado a una persona a través de aves, ratas o cualquier otro animal. Además, en los laboratorios de genética se están llevando a cabo proyectos de caracterización de variedades de vid, una investigación sobre miomas  y otra para  tratar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Basilio Valladares, director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias. | Foto: William Rodríguez


Las relaciones internacionales del Instituto

El Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales tiene proyectos con numerosos países de Latinoamérica y África. “Tenemos proyectos con Cabo verde, con Senegal, con Mauritania, con  Guinea-Bisáu…”, nos indica el el Dr. Valladares en cuanto al continente africano. Estos planes son de diversa índole, como la implementación de laboratorios o la formación de personas de estas regiones para que sean capaces de diagnosticar enfermedades tropicales como la malaria o de detectar agua contaminada.

Uno de los proyectos, realizado en Guinea con la cooperación de una ONG, consistió en evitar que la gente se contaminara de cólera en un lugar muy afectado por esta enfermedad cuando sacaban agua de un pozo. Los habitantes locales llegaban a él con su cubo, e inevitablemente quedaban infectados al entrar en contacto con el agua del pozo. Entonces, lo que el Instituto hizo fue montar un motor a través de unos paneles solares y un cubo destinado solo a sacar agua y que no entraba en contacto con los otros de la gente. Gracias a este motor, el cubo salía por su propia cuenta y los habitantes no tenían que meter las manos en este pozo con el riesgo inminente de contraer la enfermedad. También se les enseñó a detectar cuándo está contaminada el agua. Gracias a estas medidas, el cólera desapareció de una gran zona.

Para Basilio Valladares la situación de África es realmente importante, y afirma que su desarrollo repercute directamente en Canarias: “África es primordial para la universidad y para el desarrollo de Canarias”. “África no es una amenaza, África es el futuro”, concluye.

Meditar para conservar el cerebro

miércoles, 18 de mayo de 2016

  • Una investigación de la Universidad de La Laguna demuestra que las personas que realizan esta práctica poseen un 7% más de materia gris

 

Fuente: Claudia Molina
Eva María Peña, profesora de yoga, en la postura de flor de loto. Foto: Claudia Molina



Por Claudia Molina | San Cristóbal de La Laguna

Meditar rejuvenece el cerebro. Así lo han demostrado los investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL) Sergio Elías Hernández Alonso y José Luis González-Mora, quienes han conseguido mostrar las múltiples bondades de la meditación aplicada a la Neurociencia. El trabajo está basado en mediciones hechas en el escáner de resonancia magnética MRI (Imagen de Resonancia Magnética) de la ULL, situado entre el Hospital Universitario de Canarias y la Facultad de Medicina. Dicho escáner permite medir la actividad del cerebro al detalle, lo que ha posibilitado el establecimiento de una relación directamente proporcional entre meditación y materia gris en el cerebro.

Dentro de la misma línea de investigación, abierta desde el año 2011, existen diferentes ramas: en primer lugar, se llevó a cabo el estudio de la actividad neuronal durante la meditación con el objetivo de ver cuáles eran las zonas que se activaban en el cerebro de un meditador frente al de una persona en reposo. A continuación, se pasó a comparar, mediante imágenes de resonancia magnética estructural, la morfometría del cerebro, es decir, las cantidades de materia gris y blanca que lo componen, entre veintitrés practicantes del Sahaja yoga y el mismo número de no meditadores. Para que los resultados fueran más fiables, ambos grupos tenían edades similares, un nivel de educación semejante y la misma proporción entre hombres y mujeres. Además, todos los voluntarios eran diestros.

La práctica de la meditación, principal diferencia entre los dos grupos, fue la que determinó que las personas que realizan este tipo de actividad tengan alrededor de un 7% más de materia gris en el cerebro, que es donde se encuentran los núcleos de las neuronas. "Cuando entramos en la veintena, el volumen de materia gris va disminuyendo con los años y, además, existen enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o incluso la depresión que aceleran esa pérdida" declara Hernández Alonso, que además afirma que "la materia gris se encuentra en las zonas de nuestro cerebro que más usamos, esto es, en las que hay una mayor actividad neuronal."

La materia gris es un tipo de tejido neuronal que se encuentra tanto en el cerebro como en la médula espinal. Está compuesta por cuerpos celulares de neuronas, dentritas y células glia. Su función se relaciona con el procesamiento de información y no con su transporte, ya que al estar formado por cuernos neuronales no es capaz de transmitir impulsos nerviosos de forma rápida. La cantidad de energía que consumen las células de este tejido es impresionante, pues si el cerebro consume el 20% del oxígeno que gasta el cuerpo humano, el 95% de dicho oxígeno es utilizado por la materia gris.

Sahaja yoga: una práctica objetiva


La actividad que se estudió fue la meditación que se realiza en el Sahaja yoga, una disciplina fundada por Shri Mataji Nirmala Devi en la década de los 1970, que permite alcanzar la paz interior. Mediante la experiencia, denominada Auto Realización, la Kundalini -energía de la meditación-, ubicada en la base de la espina dorsal, es despertada. Una vez que se consigue, el ser humano empieza a ser consciente de los centros energéticos -o chakras, como se denominan en yoga- por el calor que desprenden las yemas de sus dedos. "La teoría se basa en que todos los seres humanos tenemos una energía para meditar, que es la que da el yoga. Cuando dejamos que esa energía fluya se dice que tenemos el yoga, que significa unión, y hace referencia a esa fusión entre nuestra energía individual y la energía del universo", afirma Hernández Alonso. Asimismo, el ingeniero en telecomunicaciones asegura que el Sahaja yoga permite corregir cualquier desequilibrio físico o psíquico, y que es objetivo, ya que podemos ver sus resultados en nuestro cerebro como se ha comprobado con esta investigación.

Una de las principales características de este tipo de yoga es que, en ella, el meditador experimenta el denominado silencio mental o "conciencia sin pensamientos" con regularidad. Es decir, consigue llevar su mente hasta el objetivo último de la meditación, tal y como fue concebida en Oriente. "La diferencia del Sahaja yoga con respecto a otros caminos de meditación es que intenta percibir algo más sutil que lo que es la mente. La mayoría de los caminos de meditación se quedan en el plano físico y mental, mientras que este tipo de yoga engloba un plano más: el espiritual" asegura el investigador de la ULL.

La profesora de Hatha yoga, Eva María García Peña, también reconoce los beneficios de la meditación en la vida de las personas. "A través del ejercicio de la meditación la persona consigue parar el flujo de pensamientos y su capacidad de concentración mejora cada vez más", afirma.  A sus alumnos, García Peña los induce en este estado mental gracias a la respiración o pranayama, que conduce a la concentración del praná, la energía contenida en la respiración dentro del organismo. "El objetivo -continúa García Peña- es vaciar la mente sin perder, paradójicamente, el estado de alerta. El yoga consigue calmar el estrés y ayuda a afrontar el día a día de manera más calmada".

Esta investigación ha sido publicada el pasado mes de marzo en la prestigiosa revista científica Plos One, el magazín estadounidense con mayor volumen de publicaciones científicas y que cubre todas las ramas de la ciencia. "Es la primera vez que nos publica un medio tan prestigioso y para nosotros es un éxito", asegura Hernández Alonso. Las repercusiones de esta publicación han sido enormemente beneficiosas para los participantes de la investigación. "Me han entrevistado en radios autonómicas y nacionales, e incluso he sido invitado a un congreso en Estados Unidos a raíz de este trabajo", expresa orgulloso el investigador, quien manifiesta su voluntad de seguir estudiando esta rama científica.