La modernización ha llegado al sector sexual: la autosatisfacción y la relaciones a distancia ya no son un problema
Los juguetes sexuales pueden desencadenar la individualización en las relaciones de pareja
Los productos de sexshops y tiendas eróticas pueden tener una función terapeútica
Ceci Aguilera
El sexo es, a la vez, uno de los actos más instintivos y del que más pudor nos produce hablar. Aun así, ya sea solo o acompañado, todos tenemos nuestras propias preferencias y gustos sexuales, los cuales muchas veces son desconocidos incluso para nosotros mismos. Por suerte para los que aun no se hayan descubierto a sí mismos, tantos años de avances tecnológicos no solo han ayudado al desarrollo de sectores como la medicina, la agricultura o la industria, sino también al sector de los productos sexuales; podremos adquirir aparatos, mecanismos, juguetes, cremas y una infinidad de objetos más cuya única utilidad es la de complacernos. Tal y como afirma Francisco Cañadillas, dueño y dependiente de Luna Sexshop, “desgraciadamente, una persona no tiene por qué vivir acorde con sus preferencias sexuales por mil motivos”. Ahí es donde entra la labor de establecimientos como el suyo, que intentan que una persona obtenga lo que quiere cuando no puede conseguirlo por sí mismo o con su pareja.
El sexo es, a la vez, uno de los actos más instintivos y del que más pudor nos produce hablar. Aun así, ya sea solo o acompañado, todos tenemos nuestras propias preferencias y gustos sexuales, los cuales muchas veces son desconocidos incluso para nosotros mismos. Por suerte para los que aun no se hayan descubierto a sí mismos, tantos años de avances tecnológicos no solo han ayudado al desarrollo de sectores como la medicina, la agricultura o la industria, sino también al sector de los productos sexuales; podremos adquirir aparatos, mecanismos, juguetes, cremas y una infinidad de objetos más cuya única utilidad es la de complacernos. Tal y como afirma Francisco Cañadillas, dueño y dependiente de Luna Sexshop, “desgraciadamente, una persona no tiene por qué vivir acorde con sus preferencias sexuales por mil motivos”. Ahí es donde entra la labor de establecimientos como el suyo, que intentan que una persona obtenga lo que quiere cuando no puede conseguirlo por sí mismo o con su pareja.
No
toda la sociedad ve estos productos con buen ojo. En ciertas zonas
del mundo, como algunas regiones de EEUU, aun se prohíbe el uso de
los juguetes sexuales. Por suerte, esa visión está cambiando y cada
vez más personas se muestran abiertas a este mundillo. Ha ayudado
el hecho de que los sexshops y tiendas eróticas hayan hecho
un “lavado de cara” a nivel estético: cambiar los tonos oscuros
por el blanco y prescindir de escaparates altamente explícitos
ayudan a hacer sentir al cliente que se encuentra en un ambiente
higiénico y natural. Tanto es así que el control de calidad ya no
es algo sujeto únicamente a la alimentación, sino también al
sector del placer. Según Sunny Rodgers, encargada de marketing del
fabricante estadounidense de productos sexuales Doc Johnson, “la
gente quiere saber de qué materiales están hechos sus productos y
si son buenos para la salud. Se invertirá más en transparencia,
autenticidad y seguridad”.
Los productos y sus marcas
¿Qué
es lo que nos ofrece el sector del placer? Sunny Rodgers confiesa que
sus productos estrella son el Pocket Rocket, un consolador que
estimula externamente el clítoris, y las muñecas hinchables
réplicas de famosas. Francisco Cañadillas opina de otro modo. Según
él, que los hombres adquieran muñecas hinchables y las mujeres
consoladores es tan solo un cliché. De hecho, los consoladores no
pueden considerarse como un único producto, pues los hay de muchos
tipos: anales, clitorianos, vaginales... Ni siquiera podemos asumir
que todos son vibradores, pues el dueño de Luna Sexshop asegura que
muchas personas prefieren consoladores que no vibren para que aumente
el parecido con el pene.
Por
ahora, lo más innovador son los productos destinados a tener
relaciones a distancia: os presento a Pearl y Onyx, un pene y
una vagina que, conectados al ordenador, permiten que dos personas que se encuentran en sitios diferentes se manden el uno al otro impulsos eléctricos que estimulen sus
genitales. Es un invento hecho para estos tiempos que corren en los
que no sabes a dónde tendrás que ir para ganarte la vida.
Pearl y Onyx: pene y vagina para tener relaciones sexuales a distancia. Imagen promocional facilitada por Francisco Cañadillas |
Otro
producto que revolucionó el mercado hace algunos años es el huevo
Tenga, pensado para la masturbación masculina. Según declara el
fundador de la marca, Matsumoto Koichi, decidió “hacer un producto
con el que los hombres se masturbaran sin avergonzarse de ello”.
Francisco coincide con el japonés en que el éxito de este juguete
es que no es agresivo a la vista: “no parece lo que es”. Esta
empresa millonaria exporta sus productos a más de 40 países.
La mayor parte de los productos del sector provienen de Asia, más concretamente de China, donde grandes fábricas los producen en cadena para luego mandarlos a las empresas en el extranjero. Una vez allí, se realizan las pruebas de calidad. En Europa, una de las pocas empresas que fabrican sus productos en territorio nacional, es la marca alemana Fun Factory, que fue de las primeras en innovar con los dildos con formas de gusano. También Doc Johnson presume de su producción nacional. Como ellos mismos nos han dicho, “somos conocidos por fabricar nuestros productos para el placer aquí en América”.
Dildo de 12.000 €. Imagen promocional de LELO. |
Pero
para marcas controvertidas está LELO, descrita por Francisco como
“el Prada de los productos sexuales”. Como mínimo, uno de sus
consoladores podría costar unos 90 €. ¿Y cuánto cuesta el más
caro? Pues nada más y nada menos 12.000 €. Se trata de un dildo
bañado en oro; un dildo que más que un aparato sexual es una pieza
de joyería. De esta marca es el conocido consolador de platino y
diamantes que el futbolista inglés David Beckham regaló a su mujer
Victoria, y que según la prensa, costó 2 millones de dólares.
Japón y su costumbre sexual
En
Japón, según datos del reportaje de Documentos TV, El imperio de los sinsexo
y del programa chileno La cultura del sexo. Un viaje de placer, en su capítulo El sexo y tecnología en Tokio, el dinero obtenido a raíz de la
industria del “amor” ronda entre el 1% y el 3% del PIB. Se ganan
más de 15 mil millones de dólares al año y hay más de 12.000
establecimientos relacionados con este sector. Sin embargo, este dato se
topa con otro bastante contradictorio, y es que un tercio de la
población del país no tiene relaciones sexuales, y los otros dos
tercios las tienen muy de vez en cuando. Entre el 60% y el 70% de las
parejas de más de 40 años no hacen el amor, y el 61% de los
japoneses de entre 18 y 34 años no tienen relaciones de pareja. En
definitiva, se trata de la tasa de contacto sexual más baja del
mundo.
En
realidad, no se trata de que los japoneses hayan perdido el apetito
sexual; simplemente lo suplen a través de otros medios. Los nipones
satisfacen sus necesidades afectivas de una forma muy variada. Allí
puedes contratar a una persona desde para tener una conversación en
un bar, hasta para simplemente dormir en la misma cama.
Por
supuesto, también las nuevas tecnologías se han hecho allí un
hueco en la industria erótica. En este caso, los productos sexuales ya no son
tanto un complemento, sino más bien una sustitución. Francisco
Cañadillas tiene claro que uno de los aspectos negativos de los
juguetes sexuales es la individualización de las personas. Al igual
que antes los niños jugaban al fútbol en la calle y ahora “juegan
a través de la Play Station”, las personas también han dejado de
jugar a nivel sexual con otros para jugar solos, y nos da como
ejemplo el caso de una conocida que disfruta más con su consolador
que con su pareja.
Pero
volviendo al tema de la tecnología sexual en Japón, ya se han
creado las parejas sentimentales artificiales,
en
su mayoría femeninas. No es tan raro ver allí como un hombre te
presenta como
su novia a
una muñeca virtual creada
con una aplicación del
móvil. Según uno de los jóvenes entrevistados en el documental
La cultura del sexo,
“se pueden hacer cosas divertidas sin tener novia. Una chica
virtual no gasta mi dinero. Siempre reacciona bien. Puedo elegirla
como yo quiero, como a mí me gusta.” También existen las muñecas hiperrealistas, cuyo precio ronda los 6.000 dólares, y de las que
puedes escoger desde el color de los ojos hasta el tamaño del pecho.
El futuro de estas muñecas es hacerlas vibratorias y que puedan
gemir cuando se las acaricia. La idea de una pareja artificial, ya
sea física o virtual, es algo que preocupa no solo en Japón, sino
también en occidente, y así podemos verlo en películas como Her
o Lars y una chica de verdad,
y en series como Black Mirror. Hay que decir que todas
ellas tienen un final más o menos catastrófico.
Aunque puedan escandalizarnos todos estas formas de contacto humano, lo cierto es que este fenómeno no solo se está dando en Japón, sino que está ocurriendo por todo el mundo. Según declara el sexólogo Darius Skowronski en el documental La cultura del sexo, “ocurre en todas partes, pero aquí es más dramático”.
Muñeca hiperrealista de la empresa. Imagen promocional de Orient Industry |
Aunque puedan escandalizarnos todos estas formas de contacto humano, lo cierto es que este fenómeno no solo se está dando en Japón, sino que está ocurriendo por todo el mundo. Según declara el sexólogo Darius Skowronski en el documental La cultura del sexo, “ocurre en todas partes, pero aquí es más dramático”.
La importancia de la paz sexual
Muchas
veces no lo tenemos en cuenta, pero
lo
cierto es que el sexo y la salud están altamente relacionados. De
hecho, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el
Ministerio de Sanidad, lo contemplan dentro de sus actuaciones. Según
la OMS la salud sexual se define como "un
estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado
con la sexualidad. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de
todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a
plenitud".
Es
importante para una persona sentirse satisfecho con su vida íntima.
Una de las enfermedades sexuales más comunes en mujeres es la
anorgasmia, que es la incapacidad de conseguir orgasmos. Según
explicaba a ELMUNDO.ES Carme Sánchez, co-directora del Institut
Clínic de Sexología de Barcelona, esta enfermedad puede causar un
grado importante de ansiedad, frustración y “otras disfunciones
como falta de deseo y, a la larga, conflictos de pareja". Las
causas de esta patología pueden ser orgánicas, como el consumo de
drogas y fármacos o la diabetes, pero en su mayoría la raíz es
psicológica: haber recibido una educación sexual inadecuada, tener
una actitud negativa hacia el sexo o la escasez de comunicación en
la pareja sobre temas de está índole pueden llevar a esta
situación. En conclusión, según Sánchez, “sobre todo proviene
de una falta de conocimiento de la respuesta sexual” de uno mismo,
por lo que es importante que cada uno conozca de lleno su cuerpo.
Como
ya afirmamos al principio, para esto pueden ser muy útiles los
juguetes sexuales, pues pueden ayudar a descubrir otras formas de
estimulación más satisfactorias, ya sea a uno mismo o a la pareja.
Por otro lado, estos productos pueden ayudar incluso a nivel físico; cada vez más famarcias venden las conocidas bolas chinas
para fortalecer el suelo pélvico y prevenir o reducir las pérdidas
de orina, muy comunes entre mujeres que han dado a luz.
Bolas chinas. Imagen promocional de LELO. |
Todo
esto no está pasando desapercibido y ya se está comenzando a
informar a la ciudadanía sobre ello. Sin ir más lejos, desde el
Ayuntamiento de Santa Úrsula se pusieron en contacto con Luna
Sexshop para que el Día Internacional de la Salud, que se celebra el
7 de abril, la tienda pusiera un puesto explicando los beneficios que productos
como los suyos pueden aportar a la salud humana.
Teniendo en cuenta todo esto, ¿a qué esperas para conocerte un poco más?
Teniendo en cuenta todo esto, ¿a qué esperas para conocerte un poco más?
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